Durante miles de años las principales culturas asiáticas, africanas, europeas, nativas americanas y sudamericanas han usado terapias medicinales a base de hierbas, partes de animales y minerales con fines curativos. Un ejemplo de ello es el uso de Saw Palmetto por los nativos americanos para el tratamiento de la atrofia testicular, la disfunción eréctil y la inflamación de la próstata. También se empleaban otras terapias enfocadas en métodos de manipulación como lo es la acupuntura, usada desde un par de siglos antes de cristo, cuando los sistemas filosóficos como el confucianismo y el taoísmo, empezaban a reemplazar el pensamiento sobrenatural chino.
Posteriormente sucede un acontecimiento que, en mi opinión, divide la historia de la medicina en dos: la revolución científica. En donde el pensamiento frente a la medicina empieza a tomar un trasfondo epistemológico basado en el mecanicismo y biologismo, por lo cual las ciencias de la salud empiezan a girar frente al concepto de conocimiento, ciencia, aceptación y producción científica investigativa , dejando de lado el concepto de abordaje holístico en salud del paciente, conllevando así a lo que llamamos hoy en día “medicina convencional”.
Este tipo de medicina, también llamada medicina occidental, enfoca a los profesionales en salud a ejercer una medicina que básicamente trata síntomas y enfermedades de la persona por medio de medicamentos, radiaciones y cirugías, entre otros. No permitiendo así, darle al paciente un servicio con todas las herramientas desde distintos enfoques de salud para lograr su bienestar, es por esto que bajo esta perspectiva es necesario trascender de una concepción reduccionista del hombre, en la cual es asumido como un “individuo” con un cuerpo mecánico y una mente desencarnada, a una perspectiva integradora, capaz de hacer lugar a la complejidad de la vida y la multidimensionalidad de la experiencia humana.
Ahora bien, esta perspectiva integradora ha permitido ampliar el significado de salud por medio del desarrollo de enfoques holísticos por lo que la organización mundial de la salud (OMS) sintió la necesidad de generar estrategias (2014-2023) sobre la medicina tradicional, alternativa, complementaria e integrativa. De esta manera, se generan políticas de desarrollo y programas con el fin de que las personas puedan acceder a este tipo de medicina y así brindar una atención eficaz, segura y de calidad a cada paciente.
La medicina alternativa, complementaria o integrativa busca poner al servicio de los pacientes una visión holística del ser humano en su proceso de salud y enfermedad, el cual se relaciona con su estado mental y emocional y el medio ambiente. Debido a esto permite adoptar distintos paradigmas como lo son la homeopatía, el ayurveda, la medicina tradicional china, la quiropráctica, entre otros.
Todas estas alternativas actúan de manera integral en busca de restaurar el balance, la armonía o el flujo normal de energía teniendo en cuenta el estado emocional, la mente y el cuerpo. En mi consideración dos de los pilares principales que permiten este equilibrio frente a todas estas terapias son la inteligencia emocional y la alimentación y el ejercicio como parte de los hábitos del bienestar.
Se debe tener en cuenta que “los estados emocionales no son entidades psicológicas simples, más bien son una combinación compleja de experiencias emocionales básicas, movimientos energéticos, fisiológicas, psicológicos y contextuales y además aspectos heredados que causan una misma situación polifacética, dando como respuesta al acierto o fracaso en la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación”.
Un estado emocional es una forma anímica generada por un estimulo que puede conllevar a un remolino de comportamientos internos y externos en la persona. Si estos comportamientos son constantes se transforman en estados anímicos permanentes que posteriormente se manifiesta como comportamientos instaurados, aunque no exista ya un estimulo que lo genere. Se manifiesta produciendo así conductas puras del ser humano. Estas mismas puede ser positivas o negativas afectando así nuestro equilibrio energético por lo que se habla de una inteligencia emocional que nos permita “controlar” finalmente estas conductas y mantener nuestra armonía. Por otra parte, la alimentación y el ejercicio son fuentes fundamentales para mantener los ciclos energéticos, el YIN/YANG (si hablamos de la medicina tradicional china). Si mantenemos una alimentación balanceada que no es seguir dietas sino más bien una adecuada nutrición y además reforzamos esto manteniendo el cuerpo en constante movimiento, ejercitándonos; gozaremos de una buena salud mental y física que se transpone a una sociedad que lo requiere.
Finalmente, la visión holista del ser humano es la integración de todos los paradigmas, considerando todas las variables, combinando todas las disciplinas y las formas de relacionarse con el todo; teniendo como base el individualismo de cada persona. Concluyendo como médica general, el holismo es una forma de darle sentido a la medicina donde se puede integrar las distintas corrientes con el fin de dar un servicio a la población asertivo y no sólo tratar la enfermedad sino la persona como tal.
- Wilt TJ, Ishani A, Stark G, et al. Saw palmetto extracts for treatment of benign prostatic hyperplasia: a systematic review. JAMA 1998; 280:1604.
- Kaptchuk TJ. Acupuncture: theory, efficacy, and practice. Ann Intern Med 2002; 136:374.
- Galvis L´pez Gladys. El caos de la enfermedad: una llave que abre puertas a la investigación social en salud y bienestar.
- García-Rodríguez, José F.; Rodríguez-León, Gustavo A. Holística y pensamiento complejo. Nuevas perspectivas metodológicas para el abordaje de la salud Salud en Tabasco, vol. 15, núm. 2-3, mayo-diciembre, 2009, pp. 887-892. Secretaría de Salud del Estado de Tabasco Villahermosa, México.
